18/12/2021PIGAFETTA, 18-12-1521

Habiendo decidido partir de Maluco ya, vinieron el miércoles por la mañana el rey de Tadore, el de Giailolo, el de Bachian y un hijo de Tarenate; todos, para escoltarnos hasta la isla de Mare. La nao Victoria izó velas y adentrose sin prisas aguardando a la Trinidad; pero ni tiempo le dio a ésta de levar anclas, sin que notase que hacía agua por el fondo. Entonces, la Victoria regresó e inmediatamente empezaron a deslastrar la Trinidad, por si la remediaban así. Oíase penetrar el agua en el casco como por una boca de cañón; sin encontrar ésta, empero. Todo ese día y el siguiente, no hicimos más que manejar la bomba, aunque sin resultado.

Al enterarse, nuestro rey se personó en la nao con presteza, fatigándose en inquirir por dónde venía el agua. Ordenó que se zambulleran cinco de los suyos, en persecución de la fisura. Permanecieron más de media hora bajo el mar, sin avistarla. Al convencerse el rey de que no podían, y de que la nao cada vez flotaba menos, llorando casi, nos dijo que enviaría a buscar a tres hombres que habitaban en un extremo de la isla, pues ésos resistían bajo el agua largo rato.