28/09/2021PIGAFETTA, 28-09-1521

Habiéndonos ido de aquella isla, o sea, de su puerto, en el cabo de la de Pulaoan, nos tropezamos con un junco que venía de Burne, en el que viajaba el gobernador de esa Pulaoan que menciono. Advertímosle por gestos que arriara velas; pero negándose él, detuvímoslo contra su voluntad y lo saqueamos. Si el gobernador quería quedar libre, debía darnos, en el término de siete días, cuatrocientas medidas de arroz, veinte cerdos, veinte cabras y ciento cincuenta gallinas. Diolas, y además cocos, higos, caña de azúcar, odres de vino de palma y otras cosas. Apreciando su liberalidad, devolvímosle entonces algunos de sus puñales y arcabuces; regalámosle una bandera, una veste de damasco amarillo y veinticinco varas de paño. Y a un hermano suyo, una túnica verde y otras cosas.

Nos apartamos de él amigos, retrocediendo nuevamente entre la isla de Caghaian y el puerto de Chipit, haciendo rumbo de un cuarto de levante hacia el siroco, para acometer el de Moluco. Cruzamos entre puntiagudos arrecifes, a cuyo alrededor encontrábase lleno de hierbas el mar, sobre un fondo exagerado. Al cruzar por ahí nos daba la impresión de ir metiéndonos en otro mar. Dejando Chipit al levante, encontramos otras dos islas, Zolo y Taguina, al otro lado, junto a las que nacen las perlas. Las dos del rey de Burne las encontraron aquí, y según me refirieron, llegaron a su poder del siguiente modo: habiéndose casado aquél con una hija del rey de Zolo, le explicó ésta que su padre las tenía. Entonces, decidido a poseerlas como fuese, apareció una noche en Zolo con quinientos praos, apoderose del rey y de dos de sus hijos, y condújolos a Burne. Si quería la libertad, debería entregarle las perlas.

Después, rumbo Nordeste 1/4 de Este, avistamos dos pueblos reducidos, por nombre Canit y Subanin, más una isla habitada (Monoripa) a diez leguas de los escollos. Las gentes de ésta tienen sus casas en barcas, que no habitan otra. En aquellos dos poblados de Canit y Subanin, que se hallan en la isla de Butuan y Calaghan, nace la mejor canela que en ninguna parte se encuentre. Detuvímonos dos días, volviendo a carenar las naves; mas, por soplar buen viento y deber doblar un cabo y ciertos arrecifes próximos, no quisimos entretenernos y desplegamos velas, no sin antes cambiar diecisiete libras de la mentada especie por algunos cuchillos de que despojáramos al gobernador de Pulaoan. El tronco de esa canela es de tres o cuatro codos de alto, y con el espesor de un dedo. Tiene muy escasas ramitas, con hojas como de laurel; pero el tronco es la canela. Recoléctase dos veces al año; tan fuertes como la canela resultan el tronco y las hojas, en pleno verdor. La llaman caiumana; caiu significa tronco, y mana, dulce. Esto es, "tronco dulce". Enfilando el rumbo del greco, y hacia una ciudad grande por nombre Maingdanao, la cual está en la isla de Baluan y Calaghan, para obtener alguna nueva de Maluco, nos apoderamos por la fuerza de un biguidai (como un prao) y matamos a siete de sus hombres. Iban solamente dieciocho, tan fornidos como por esta zona viéramos; todos de los principales en Maingdanao. Uno de ellos nos dijo ser hermano del rey de ahí, y que sabía dónde se encontraba Maluco. Por lo que abandonamos el rumbo del greco por el del siroco.

En un cabo de aquella isla de Baluan y Calaghan, por las riberas de un río, encuéntranse hombres peludos, grandes combatientes y arqueros; manejan espadas de un palmo de largo únicamente, y sólo se comen el corazón de sus enemigos, crudo y con zumo de naranja o de limón. Se llaman benajans ("los peludos").